sábado, 15 de noviembre de 2008

Niñosde Sabana Toro van a una a escuela sin terminar

UNOS 796 ALUMNOS RECIBEN EDUCACIÓN EN AULAS TOTALMENTE DETERIORADAS
Los pisos de las aulas parecen el cauce de un río, con la cantidad de grava que tienen.
Los maestros no tienen escritorio y el director no tiene oficinas.

SABANA TORO, San Cristóbal.- En aulas con pisos de grava, sin empañetar, carentes de ventanas y puertas, así como con la mayoría de butacas sin asientos y pizarras astilladas que repelen la tiza, reciben enseñanza 796 alumnos en la escuela Básica Sabana Toro de esta comunidad desde hace ocho años.

El plantel anterior fue demolido en la gestión del ex presidente Hipólito Mejía, para dar paso a una nueva edificación con capacidad para albergar la población estudiantil de esta zona, pero a la fecha los lugareños siguen a la esperan verla terminada.

Esto ha ocasionado, según explicó el director del centro educativo, Marcos Cordero, que alrededor de 800 niños de esa zona hayan emigrado a otras escuelas de San Cristóbal en busca de comodidad, aun y cuando tienen que tomar motores, guaguas o caminar varios kilómetros a pie, porque no estaban dispuestos a seguir recibiendo clase en condiciones infrahumana.

Y es que ni en el área de recreo, el patio, pueden jugar con libertad, con todos el material de construcción que hay esparcido y la maleza que ha crecido.

De acuerdo a las experiencias expuestas por los educadores de la escuela, a lo largo de ocho años nunca han podido completar el calendario educativo que se diseña para cada año, porque en la temporada de lluvia las clases se suspenden hasta que las aguas pluviales y el lodo abandonen las aulas y ésta se seque.

“No ha sido fácil cumplir con la tarea de educar a estos niños en medio de tanta precariedad. Nosotros hacemos lo imposible para que ellos aprendan, pero no tienen ni siquiera asientos cómodo para que puedan concentrarse”, dijo una profesora que prefirió no decir su nombre.

Empero la profesora Juliana Díaz señaló que en su caso fue preciso comprar pintura y pintar ella misma la pizarra del cuarto curso a su cargo, porque la tiza resbalaba y no marcaba la letra, pero aún con la pintura que puso, se le hace imposible escribir claro para que los niños puedan ver nítido.

Estas aulas tampoco tienen luz ni ventanas y para disponer de un escritorio, algunas profesoras comparten la mesa de trabajo deteriorada con dos y tres estudiantes.

A parte de esas dificultades sus alumnos de cuarto curso bajo su responsabilidad, al igual que el resto de los estudiantes, se sientan en butacas oxidadas, con los apoyos deteriorados y en su mayoría perdieron el soporte del asiento.

“Desde que aquí empieza a llover hay que despachar, porque las aulas se llenan de agua y la brisa nos moja por la falta de puertas y ventana”, agregó.

Luego de perder las esperanzas de que la obra fuera terminada, para que los niños realicen sus necesidades fisiológica, el director del plantel construyó dos letrinas para hembras y varones, las cuales techó con zinc, empero en los dos primeros pabellones del centro educativo, las aulas están separadas por cartón playwood, lo cual ocasiona que los niños de los cursos que allí se imparten se escuchen entre sí.

Esta escuela consta de cuatro pabellones, dos de un nivel y el resto de dos niveles, en las cuales hay 18 aulas donde imparten clase 24 maestros en dos tandas.

La construcción de la escuela básica de Sabana Toro está a cargo del ingeniero Vinicio Galán Grullón, pero como expresara el director del centro, para hacer cualquier operación se toma varios meses.

“Para poner un clavo dura tres y cuatro meses. Mira el plato de ese pabellón lo echó hace más de dos meses y aún no ha retirado la madera y a ese paso tendremos terminada la escuela en al año 2020. Ese ingeniero no está haciendo nada en esta obra”, aseguró.

EN ESPERA
El director del centro educativo dijo que el ingeniero Vinicio Galán tiene la obra desde hace cinco años.

“Nosotros aquí damos clase en el lodo y con frecuencia los alumnos se nos enferman de gripe y de la piel. Aquí ni los profesores escapan a esa situación de hostilidad en la que se labora aquí cada día”, dijo.

Lamentó que niños de inicial y básica tengan que vivir la experiencia de alfabetizarse y recibir la enseñanza media en tales condiciones, en la que reina la precariedad y la carencia.

“Es por eso que la mayoría de nuestros alumnos se ha ido a las escuelas del barrio Moscú, Hacienda Fundación y otros a pesar de la distancias, porque no es fácil resistir esta situación”, agregó.

Empero, precisó que una de las cosas que más les preocupa es que en la escuela básica Sabana Toro hay alrededor de ocho haitianos que habitan de forma permanente, quienes eran empleados de la obra y al paralizarse los trabajos se quedaron allí.

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